Si una página web es difícil de usar, la gente se va. Si en la home no queda claro la naturaleza del negocio y no se sabe qué buscar, la gente se va. Si la información en la web es difícil de leer y encontrar, la gente también se va. Ten en cuenta que probablemente haya muchas más páginas web con contenido similar, por lo que los usuarios no dudarán en saltar si no encuentran rápidamente indicios de lo que quieren.
En estos términos se manifiesta Jakob Nielsen, el padre de la usabilidad: ésta es el atributo de calidad que marca la facilidad para usar una interfaz. Es decir, establecer un objetivo claro en la web y habilitar el camino para que cualquier persona pueda alcanzarlo con la menor dificultad posible.
Debemos saber que los usuarios normalmente no leen la información, sino que hojean brevemente hasta pulsar en el primer vínculo que les llame la atención. Sin embargo, aunque este sea el comportamiento más frecuente, no podemos conformarnos con esa actitud.
El primer paso debe consistir en investigar el público al que nos dirigimos para saber el grado de conocimiento que tienen en la materia de nuestro negocio. Ahora ponte en su lugar, entra en la web con la mente en blanco y anota las palabras y conceptos que puedes extraer a primera vista, ¿qué te transmiten las imágenes? ¿hay palabras resaltadas? Comprueba si eso se corresponde con los objetivos de comunicación que marcaste a la hora de planificar la web.
Cuanto más concuerden estos dos aspectos conseguirás que tu público:
- Encuentre lo que busca con más facilidad
- Entienda mejor el contenido
- Se interese por otros contenidos de tu web
- Tenga una visita cómoda en tu web favoreciendo que vuelva.
Podemos analizar nuestro comportamiento a posteriori de visitar una web, ¿cuántos clics hemos hecho? ¿dónde nos hemos parado a leer? O mejor, observa a tu compañero de escritorio mientras navega por tu web y fíjate si es capaz de cumplir el objetivo con el que entró en la página.
5 claves para el análisis de la usabilidad de una web:
- Crear una jerarquía visual clara. Es muy importante que los títulos contengan información relevante y estén destacados mediante negrita, aumentando el tamaño de la tipografía o marcándolos con la etiqueta de HTML <H1>. Por supuesto, deben ir en la parte superior de la página y con aire. No olvides usar subtítulos para recoger la información que no cabe en el titular. Estos subtítulos también deben ir destacados, en menor tamaño que el anterior pero mayor que el cuerpo de texto.
- Usa convenciones. Son aquellos símbolos e iconos que, gracias a nuestra experiencia anterior ya conocemos y asociamos con acciones o información concreta. Aprovéchalos para indicar el carrito de la compra o destacar número de teléfono.
- Dividir las páginas en zonas definidas. Así diferenciaremos las zona donde mostrar las categorías de los productos destacados en la imagen principal y los últimos trabajos de las últimas publicaciones en el blog.
- Dejar claro sobre lo que se pueda hacer clic. Sé coherente y utiliza los mismos criterios para señalar los hipervínculos y enlaces, así evitarás que el usuario tenga que indagar por su cuenta para descubrirlos.
- Y lo más importante, ¡minimiza el ruido! Evita el uso de las negritas y cursivas y los textos largos que poca gente se terminará. Comprime la idea y acorta el número de páginas dejando una arquitectura de la web más ligera.
Los alumnos trabajaron sobre estas ideas la semana pasada en la sesión de Usabilidad web impartido nuestra profesora Ángela Escobar en el #MasterSmmUS. Y ahora toca ponerlo en práctica: mañana toca taller de usabilidad web.